jueves, 23 de abril de 2009

Previsiones.

Uno de los momentos mas tensos y duros que he vivido ha sido el momento culminante del embarazo de Lennys. Durante dos semanas viví con el corazón en un puño debido a que, de forma intempestiva, Lennys sentía fuertes dolores que, para nosotros, padres primerizos, interpretaba como signo del nacimiento inminente. Poco a poco, sin querer darme cuenta, el stress producto de la llegada de Anna al mundo se fue acumulando, pero el clímax de la acumulación llegó el día cuando, por fin, fuimos al hospital para el alumbramiento.

Nadie puede prepararte al momento del parto. No importa lo que te digan, tus padres, tus amigos, tus hermanos, tus vecinos. La experiencia del parto es única, terrible y, al mismo tiempo, sublime. El aviso final, las contracciones cada hora, llegaron antes de la medianoche, cuando el único sonido que se escuchaba era el de los grillos y la única luz la brindaba una luna llena en un firmamento repleto de estrellas. Salimos hacia el hospital, yo conduciendo despacio por una autopista desierta y tratando de contar chistes y comentarios graciosos para que Lennys pudiera distraerse un poco del sufrimiento que acarreaba. Llegamos al hospital a las 2 de la mañana y, allí ingresaron a mi esposa en el Paritorio mientras comenzaba mi espantoso calvario del día. Lennys pasó en esa estancia casi catorce horas, y yo tuve que quedarme en la sala de espera por unas desgraciadas doce horas. Doce malparidas horas donde nadie del hospital me decía nada con respecto a mi esposa o mi hija por venir. Doce espantosas horas donde estaba mas solo que la una, cuya única compañía conocida era mi sombra. A las cuatro de la tarde, hecho una furia, formé un alboroto enorme en el hospital por esa situación... y me dejaron entrar en el Paritorio a ver a mi esposa bella bajo los efectos de la epidural, pálida, sudorosa y ojerosa. Dos horas después, entramos a la sala de parto y pude presenciar y vivir el primer momento en que Anna llegó a éste mundo.

No todo en ésta vida puede preveerse. Siempre pueden salir complicaciones que destrocen los planes mas meticulosamente planificados, y, a veces, la vida da giros inesperados que te exigen planificar de forma muy poco ortodoxa. Por ejemplo, para quienes me conocen, ¿Quién iba a pensar que yo explotaría de furia ciega en un hospital?... o que veinticuatro horas después, yo iba a estar ingresado en Urgencias de ese mismo hospital porque me desmayé debido a todo el stress acumulado.

Una tentación muy grande que siento a veces es querer tener todas las cosas atadas y muy bien atadas, es decir, planificar todo lo que voy a hacer durante el día hasta el mas mínimo detalle. En éste punto soy bastante estricto conmigo mismo, me gusta cumplir con las metas trazadas hasta donde me permitan los imponderables. Y es ahí donde intervienen esas variables aleatorias, que como el ruido blanco, son imprevisibles, inesperadas y omnipresentes. Mas de una vez, mis planes diseñados y calculados con mimo se desarrollan de forma totalmente diferente a como había pensado gracias a los imprevistos. Por ésta razón trato de no planificar mucho las cosas y dejar que sea la situación del momento la que dicte los correctivos que debo implementar.

Por cierto, una de las mas grandes paradojas con respecto a éste tema ocurre con la televisión. En teoría se supone que, en la tele, todo está milimétricamente calculado, que los programas se llaman así porque siguen una secuencia lineal invariante, y que hasta el "Aló Presidente" tiene un guión y alguien que le sopla a Chávez las cosas que debe decir a través del audífono que lleva en su oreja izquierda (Si no se han fijado, observen con atención en un close-up para que lo vean). No hay lugar en el mundo donde el tiempo sea mas tirano que en los medios de comunicación audiovisuales y, aún en ésos lugares, la improvisación, el actuar sobre la marcha, el solucionar inconvenientes totalmente inesperados, tienen un espacio mucho mas amplio que el que trasluce a través de la pantalla. Al final, lo que cuenta es que el muñequito siga apareciendo en pantalla. No importa cómo.

Es mucho mas valioso ser flexible y creativo ante las situaciones que ser previsor, al menos para mí.

No hay comentarios: